Un poema por cada noche

No voy a mentirles, este poemario nació después de que me atraparon llorando, mientras pagaba tres potes de helado en el supermercado y cantando a todo pulmón el mismo playlist de vuelta a casa. El look del rímel corrido y la barba de leñador abandonado, no deben durar por siempre. Perder a alguien, que era parte de nuestra vida es doloroso. Comenzamos a rayar con tiza los espacios vacíos y a comernos las penas, a auto flagelarnos con la música que nos recuerda a esa persona; en fin, a drenar nuestra energía hasta no poder más. ¿Cuántas noches necesita el corazón para sanar una pérdida? Sería presuntuoso dar un número cerrado, tan simple, tan vació, como si la tristeza durmiera también por las noches. No, la tristeza no duerme. Y entre noche y noche de desvelo, conté veintinueve. Veintinueve poemas que nadaron a través de las lagunas del alma y trajeron la respuesta para sanar al corazón. Este poemario lleno de color y reflexiones, está escrito para ayudar a quien lo necesite, a trabajar en su resistencia a la pérdida a través de tres etapas: 1. El síndrome de la voz fantasma: Cuando aún necesitas seguir llorando y comiendo helado un poco más.2. Después de aceptar que no existe el olvido: Ya le diste shuffle a tu biblioteca musical y te diste cuenta que estabas renunciando a ti.3. La clave de ser felices, la supimos desde que éramos niños: La reconciliación con uno mismo se siente mejor que un masaje de agua. Estás listo para crear, luchar y brillar. Estás construyendo donde se encontraba tu propio caos.¡Ah pero casi olvido explicar! Que este particular paseo guiado -el cual busca ser mucho más divertido y colorido que un libro de superación-, está pensado para quienes, al igual que yo, sufrimos de ese síndrome de quedarnos sin voz cuando queremos hablar de nuestras penas. No, no todos sanamos de la misma manera y tenemos que dejar de obligarnos a funcionar como los demás. Para quienes liberan sentimientos a través de las letras ¡Esto es para ti!